LEE AQUÍ LAS 3 FANTASIAS FINALISTAS
FANTASÍA 1- LA ENTREVISTA DE TRABAJO.
ESCRITA POR PEDRO
Llevaba ya varios días desempleado, buscando trabajo, revisé el periódico, checaba los anuncios buscando algo que llamará la atención y ahí estaba “¿Buscas dinero fácil?, ¡Llámanos!, solo hombres, tel. 6969707”. Llamé al número, me pidieron enviar una foto con mi CV, al cabo de unas horas, recibí una llamada para una entrevista. Fui vestido con traje, sheers y zapatos.
Llegué a un corporativo, todos se me quedaron viendo al verme entrar.
- Vengo a la entrevista – dije.
- Claro en un momento te atiende el Lic. Hernández, toma asiento por favor.
Me senté, estaba nervioso, al cabo de unos momentos me llamó el licenciado y me hizo pasar a su despacho.
- Bienvenido, soy el Lic. Hernández, supongo que ya sabes porqué estás aquí, requieres dinero y nosotros lo tenemos, solo tienes que firmar unos papeles.
- Ah, claro, necesito dinero.
Firme unos papeles en blanco y fue todo, después de que terminé de hacerlo entró un
Guardia de seguridad, me tomó por detrás y me asfixio con un paño, perdí el conocimiento.
Cuando desperté seguía en la oficina, solo que ahora estaba atado, sin poder moverme, en el suelo, sin mi ropa, con un traje rojo de algún material plástico con un montón de zippers, con muñones que no permitían quitarme nada, y con una mordaza en la boca.
El licenciado entró por la puerta, estaba en un traje de plástico azul.
- Veo que despertaste, deberías aprender a no firmar nada en blanco, me cediste los derechos sobre ti, debo decir que te vez hermoso en ese traje de látex rojo.
Intenté gritar que me soltara, pero era imposible, solo gemía debido a la mordaza de mi boca.
El licenciado aprovechó para abrir un zipper que estaba en mis nalgas y sobo su verga sobre el traje de látex, comenzó a frotar su miembro en mis nalgas.
- ¿Quieres verga verdad putito?, ¿Te gusta verdad?, estar atado y a mi merced.
No podía negarlo, estar ante esa situación me excitaba completamente, saco varios billetes de su escritorio y los aventó hacia mí.
Abrió el zipper de adelante y dejó sacar mi verga que entre tanto rose con el látex estaba muy erecta, abrió también el suyo, y la introdujo en mi ano, me daba embestidas duras y
hasta el fondo, podía sentir cada centímetro, me hizo venir a chorros de un momento a otro.
- ¿Ya se vino la putita? – dijo el licenciado.
Colocó su verga sobre mi cara y se vino, su espesa leche escurría de mi cara al traje de látex, lamió cada gota de semen de ambos, me quitó la mordaza y me dio un beso con los fluidos.
- Estás contratado – mencionó.
Sacó un fajo de billetes y me lo aventó junto a toda mi ropa, me desató y salió del despacho. Me vestí y salí de la oficina como si nada hubiese pasado, llegué a mi casa con el dinero y me masturbé deseando al día siguiente entrar a trabajar.
FANTASÍA 2- ¡WOOF!
ESCRITA POR BLAZER
Un día que no esperaba, un día que no creí fuera posible llegó… una mano cubrió mi boca y una camioneta abrió sus puertas. Traté de luchar, pero los hombres que me sujetaban eran fuertes, fui arrastrado a la camioneta, donde una vez dentro, esta arrancó.
Fui esposado, con las manos en la espalda, “este perro no necesita ropa” dijo uno de ellos, sacando unas tijeras para desnudarme, yo trataba de no moverme para evitar un corte, mientras preguntaba “¿Quiénes son?”, “Ladras mucho cachorro” fue la única respuesta junto a una bofetada “Te pondré bozal” dijo uno de ellos mientras metía los restos de mi bóxer en mi boca y lo aseguraba con cinta.
“El amo quiere al perrito guapo” dijo uno de los sujetos, mientras buscaba algo dentro de una maleta. La camioneta dejó de moverse y él se acercó a mi con un collar, unos mitones, un butt-plug de cola de perro y un traje de látex negro.
Me quitaron las esposas y obligaron a ponerme el traje, este tenía cierres en culo y pene, que quedaron abiertos. La sensación era placentera en extremo y lo expresé con una erección que no pasó desapercibida, me pusieron el collar y los mitones, pero cuando uno de ellos me iba a poner el plug, su compañero lo detuvo, sacó su enorme verga y comenzó a empujar entre mis nalgas, me obligó a ponerme en cuatro y comenzó a penetrarme lentamente, mientras su compañero retiraba la mordaza y la sustituía por su enorme pene.
Yo, gemía y disfrutaba de esa deliciosa situación, tiempo después ambos se retiraron para ponerse frente mío y comenzar a masturbarse, “¿El perrito tiene hambre?” preguntó uno de ellos “Woof” ladré mientras abría la boca para tener mi recompensa, ambos eyacularon en mi cara y boca. “Limpia” me ordenaron al terminar, yo gustoso lamí hasta la última gota de la preciosa leche que había quedado en ambas vergas, “Buen cachorro” me dijo uno de ellos mientras me daba palmaditas en la cabeza, “Ahora te pondré tu colita, Blazer” me dijo uno de ellos, a quien reconocí como mi novio.
Comenzó a introducir el plug lentamente, aprovechando la dilatación por la reciente cogida, una vez en su lugar empezó a sacarlo “¿Creías que habíamos terminado?” dijo cuando volvió a meter la cola y me estrujó la verga, “Ladra pequeño, ¡Ladra!” dijo, yo no tenía control sobre mi cuerpo y me encantaba, cada arremetida con la cola era deliciosa, acompañada del estímulo en mi pene, entonces exploté… “Espero lo hayas disfrutado cachorro, porque no habrá más hasta nuevo aviso” dijo mientras sacaba una jaula de castidad de la maleta y me miraba de forma traviesa. “Ahora limpia tu desastre, ya sabes como” lamí mi semen hasta dejar el suelo limpio, agitando la cola en agradecimiento.
Un día que no esperaba, un día que no creí fuera posible, un día que desearía repetir…
FANTASÍA 3- De prisionero a...
ESCRITA POR DANIEL
Lo último que recuerdo es estar en casa después de competir y ganar el segundo lugar en Fitnesss masculino. Desperté en un lugar desconocido completamente desnudo a excepción de una jaula de castidad, pinzas metálicas en los pezones, un gag y un collar; no me podía mover, solo podía escuchar que me pedían aceptara mi nueva vida, sentía un dolor tremendo en el pecho y en mi entrepierna.
Posiblemente transcurrieron 10 horas de estar sentado en la silla de bondage, atado y sin querer moverme, ya que, de hacerlo unas descargas eléctricas circulaban por todo mi cuerpo.
Mi captor se acercó y me dijo que es conveniente que acepte mi nueva realidad, si ya no deseo seguir sufriendo este martirio; contra mi más profundo deseo… acepto.
Soy liberado de inmediato para firmar unos documentos, los cuales me impiden leer; soy trasladado a una cámara donde me ponen un ungüento para retirar todo el bello corporal incluyendo el cabello. Me untan con lo que parece ser pintura líquida, de inmediato se siente como se impregna de una manera instantánea a mi piel; me ponen en lo que parece ser un horno especial, una vez dentro empiezo a sentir como la pintura se fija de manera permanente en todo mi cuerpo (¡Oh sorpresa, es látex!), me retiran del “horno” solo para pasarme a un cuarto distinto.
Puedo observar que esa pintura en realidad es látex negro que se ha incrustado en mi piel, formando ahora parte de mí. Resalta toda mi musculatura, desde mis pantorrillas, glúteos, abdomen marcado, pecho, espalda y brazos.
Puedo sentir como me ponen grilletes en pies, manos y posteriormente un collar electrificado, de inmediato siento que empiezo a perder mi voluntad y me obliga a obedecer contra todos mis deseos humanos; se me ordena hincarme, lo que hago de manera inmediata.
Observé como se acercaba una máscara con forma de perro, me la instalan y me ordenan pararme.
Instantáneamente empiezo a marearme, al intentar hablar me es imposible, solo salen sonidos como GRR, WUAU, ARF. La máscara empieza a hipnotizarme.
Después de un par de horas lo único que deseaba era servir.
Se me ordena ponerme en cuatro y noto como mi captor empieza a usarme, violándome, yo deseo solamente servir. Una vez que se viene dentro de mí, me inserta un butt plug con cola de perro.
No hay retorno y mi subconsciente lo sabe…
Observo como me ponen una cadena en el collar, me obligan a seguirlos a lo que parece una sala de subastas. Me percato que estoy a punto de ser vendido al mejor postor.
Me obligan a pararme y de manera inmediata empiezan a subastarme; me venden en 1 millón de dólares. Me mandan con el nuevo dueño, a partir de este momento me doy cuenta de que he sido convertido en un esclavo. Y ahora aceptaré mi destino actual, el ser un esclavo en látex.